YO

 

YO

1982. Lápiz sobre papel. 33×23 cm.

Un homenaje al esfuerzo por saber; también una declaración irónica: el poeta, en dos edades diferentes (las dos figuras) — sentado en una pila de libros que ha estudiado bien — termina informándose a través de la contemplación directa del mundo.

El precario cúmulo está dentro de un óvalo puro: el esbozo de un rostro, dibujado por una mano muy segura.