DESPUÉS, EL VIENTO

 

DESPUÉS, EL VIENTO

1984. Lápiz en papel. 12.5×7.5 cm.

[El autor seleccionó este dibujo para ilustrar la portada de su libro El Zócalo, primer tomo de la tetralogía Cortejo y Epinicio, donde cada volumen corresponde, entre otros tópicos, a las cuatro edades del hombre. El Zócalo transcurre durante la infancia y la adolescencia.]

La ascendente/descendente línea curva debajo del mentón: un montículo. ¿Se encuentra la persona enterrada? Muerta y viva, dormida y despierta, en el pasado y en el presente, joven y madura, reflexiona profundamente desde un lugar que le permite conseguir una vasta comprensión de la realidad. La línea llega hasta su garganta o se inicia allí: ella absorbe el mundo para poder ser testigo de él. El contorno del montículo hace eco a una de las alas del pájaro y a la forma de la ceja. No hay ojo – sólo esta ceja – que indica la visión interior, indispensable para entender la realidad exterior.

Asimismo, el perfil evoca un paisaje de montaña sobre el que planea el ave. La ceja indica el camino que lleva a la cima de la montaña: un paisaje exterior e interior.

La cara no está unida a nada, se encuentra en el aire, al igual que todos los elementos en el dibujo.

La boca está apenas abierta. Este ángulo se repite en la forma del pájaro, suspendido arriba del perfil. Poesía: la revelación del pensamiento al dar vuelo a las palabras.

El personaje puede ser femenino o masculino. No pertenece a ningún país o pertenece a todos. Más allá de particularidades culturales, la real poesía va a lo esencial.

El orificio nasal discretamente indica la posible presencia de aliento. También hace eco a la forma del pájaro en un movimiento hacia este personaje y alejándose de él.

Variaciones del diseño del pájaro se encuentran a través de todo el dibujo, incluso en el amplio ángulo que se forma en la frente y la nariz. Esta repetición da importancia al ave: lo pequeño es grande y lo grande, pequeño.

Nada es obvio en todas estas correspondencias de formas. Se parecen y no son iguales, para que el dibujo se perciba natural.